Arxius

Posts Tagged ‘Apol·ló’

L’Apol·lo de Robert Mapplethorpe (1988)

.

.

Much has been said about Robert, and more will be added. Young men will adopt his gait. Young girls will wear white dresses and mourn his curls. He will be condemned and adored. His excesses damned or romanticized. In the end, truth will be found in his work, the corporeal body of the artist. It will not fall away. Man cannot judge it. For art sings of God, and ultimately belongs to him.

Patti Smith
Just kids

 .

.

 

.

.

 

Apollo Mapplethorpe

 

Robert Mapplethorpe, Apollo (1988) 
Solomon R. Guggenheim Museum, New York Gift,
The Robert Mapplethorpe Foundation, 1995

Guggenheim.org

.

.

 

.

Robert Mapplethorpe’s Photograph of Apollo (1988)

.
What’s missing is the body, its nakedness wrapped
in marble. What’s missing is the hair, the floating hair
that falls in chalky tendrils. Only the face, huge
and larval-white, peers into the darkness.
Still, this is perfect youthful manhood, iridescent
against chaos. The eyes, wild and vacant, look
but see nothing. What slaking difference?–
They have known ecstasy, that patina
marble carries everywhere. A suddenness
unwarranted, beautiful. The lips, moistened, part
more to breathe than speak. Such desire,
a poetry. The silk of the moment before him,
the rest becomes salt, memory, history.
There is order here, but passion is its spectacular
disarray. The music turning toward light
shadows. O god of the healing art
where is the beautiful lyre of the body?
.

Mark Irwin
Quick, now, always

.

.

.

El que hi manca és el cos, la seva nuesa embolcallada
en marbre. El que hi manca són els cabells, els cabells flotants
que cauen en circells de guix. Només la cara, immensa
i blanca com una larva, guaita dins la fosca.
No obstant, és perfecta jovenívola masculinitat, iridescent
contra el caos. Els ulls, salvatges i vagarosos, miren
però res no veuen. Quina gratificant diferència?—
Han conegut l’èxtasi, aquesta pàtina
que el marbre duu pertot. Una prestesa
injustificada, bonica. Els llavis, humitejats, més aviat
per respirar que per parlar. Aquest desig,
una poesia. La seda del moment davant seu,
la resta esdevé sal, memòria, història.
Hi ha ordre, aquí, però la passió és el seu espectacular
desgavell. La música girant les ombres cap a la
llum. Oh déu de l’art guaridora
on és la bonica lira del cos?

.

.

.

.

Robert & Patti

Robert Mapplethorpe i Patti Simth

Mark Irwin

Mark Irwin

 

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

La Ilíada de César Brie (Teatro de los Andes). Una visió argentino-boliviano-italiana.

.

.

Anna Banfi
Desaparecido: Omero in Sud America
Il teatro necessario di César Brie

ennagramma

.

.

.

.

Escena 1

.

Prólogo

Hécuba: Me llamo, me llaman, me llamaban Hécuba.
Un tiempo fui feliz en tierra de Troya.
Ahora, de tanto sufrir, me he vuelto perra.
En la llanura entre los restos de la ciudad quemada,
buscando un hueso que roer,
tal vez el de los hijos degollados,
sacrificados, muertos en batalla.

Quien pierde el padre es huérfano.
Y viudo quien entierra a su esposa,
pero no hay palabra que nombre al triste
padre o a la madre del hijo muerto.
No hay modo de nombrar un tal dolor,
tal vez: innatural, inútil, vano, eterno.
La guerra, viudas crían huérfanos, madres paren muertos.
Un tiempo fui feliz y de ese tiempo recuerdo a Polidoro
el más pequeño y tierno de mis hijos.
El inocente, el cordero, Polidoro…
que nunca supo cómo era Troya.

Polidoro: Yo, Polidoro, hijo de Hécubay de Príamo,
las puertas de las tinieblas, el reino de los muertos donde habita Hades,
lejos de los dioses, las dejé para venir aquí.
Yo las dejé para venir aquí.
¡Tío!
Mi madre temiendo por mi suerte…
Me mandó a un pueblo que ama los caballos…
Mira, mira los caballos que corren, cuántos…
Yo era el más joven cuando me alejaron de la patria:
No tenía fuerzas para sostener la coraza, para lanzar la jabalina…
Un huésped de mi padre, mi tío, prometió cuidarme
y yo crecía en su casa como un retoño, como un retoño.
Por sed de oro…
¡Tío!
Cuando Troya cayó, quemada
exterminada usurpada violada,
él me asesinó y abandonó en el mar mi cadáver.
Tendido en la arena, me sacude el flujo de las olas,
en el juego alterno de las mareas.
Y no tengo sepulcro ni duelo y no tengo sepulcro ni duelo.
¡Tío!
He abandonado mi cuerpo, soy el fantasma de mí mismo,
me elevo, fluctúo en torno de Hécuba, mi madre,
esposa de Príamo, padre de Héctor, París, Casandra, Polixena. ¡Aquiles!
¡Aquiles reclama para su tumba, como señal de honor un sacrificio;
lo obtendrá, no le negarán sus amigos este regalo, no se lo negarán.
¡El destino hoy mismo empuja hacia la muerte a Polixena mi hermana!
Y yo, desventurado, por obtener un sepulcro afloraré, afloraré en la orilla.
¡Tío!
He rezado a los dioses, los dioses que cuentan,
para que me concedan una tumba,
y me conduzcan entre los brazos de mi madre,
aterrorizada por mi sombra.
¡Tío!
Aquello que pedí, va a serme concedido.
¡Tío!
El agua, el agua, me lleva, el agua… mamá, mamá…

Hécuba: Polidoro…

Polidoro: Mamá… ¿cómo era mi casa? ¿Cómo era Troya?

Hécuba: Como todas las ciudades cerca de la costa.
Tenía torres, pájaros, y viento del oeste.
Y  tú te bañabas a orillas del mar.
Hasta que los griegos trajeron la guerra.

Polidoro: ¿La guerra? ¿Cómo fue la guerra?

Hécuba: La guerra… Duró diez años la guerra…

.

1) Coro

Ahora cantamos la furia de Aquiles
que infinitos dolores provocó a los griegos
tantas almas de héroes bajaron al Hades
tantos cuerpos devorados por buitres y perros.

La guerra de Troya llevaba diez años.
Los griegos sitiaban la vasta ciudad.
Aquiles era el guerrero más fuerte
de los invasores, pero no luchaba.

Había peleado con Agamenón.
El rey de los griegos lo había ofendido,
le había quitado su esclava Briseida,
botín de otra guerra. Por eso Aquiles
se queda en las naves, dejando a los griegos
el asedio de Troya y la lucha contra Héctor.

Apolo, el dios de las flechas
que amaba a Troya, y ayudaba a Héctor
envió la peste a los griegos.
Estaba furioso contra Agamenón
que había profanado uno de sus templos,
había secuestrado su sacerdotisa,
la había violado y vuelto su esclava.

.

2) La peste
Apolo, los griegos

.

Apolo: bajé del Olimpo enfurecido,
parecido a la noche, con el arco en la mano.
Las flechas sonaban cerradas en la aljaba.
Lejos de las naves tomé puntería y lancé una flecha.
Siniestra vibró la cuerda del arco y alguien cayó.
Primero le di a los perros y a los mulos, luego a los hombres.
Caían como moscas, como ratas,
como insectos enfermos de peste.
Ardían las hogueras quemando a los muertos

[…]

.

.

.

Acto 2

.

1) Rodolfo Walsh
Rodolfo Walsh, Victoria, perros.

Walsh: Rodolfo Walsh, escritor, periodista. Asesinado en Buenos Aires en 1977.
Seis meses antes había muerto Victoria mi hija. (Abre un libro.) La Ilíada:
“Junto a su padre luchaba Arpalión,
una flecha aguda se hundió en su nalga
partió la vejiga, se incrustó en el hueso.
Mojaba la sangre los brazos del padre
mientras lo llevaba a Troya y lloraba.
Por un hijo que muere no hay recompensa”.

Aparece el espectro de Victoria.

¡Victoria! Aquí me ves, leo La Ilíada, la guerra de Troya.
Hay una hija de Príamo, Polixena. Te le parecías tanto hija mía: rebelde, obstinada, orgullosa.
A Polixena la degollaron en honor a Aquiles.

Tenía veinte y seis años mi hija Victoria.
Argentina se parecía cada vez más a un barrio de Troya.
Como tantos chicos que repentinamente
se hicieron adultos, mi hija andaba a los saltos
huyendo de casa en casa por todo Buenos Aires.
No se quejaba, sólo su sonrisa se volvía desvaída.
Nos veíamos cada quince días
caminando en una calle o alguna plaza.
Hacíamos planes para vivir juntos,
pero ambos presentíamos que no iba a ser posible,
que uno de esos encuentros podía ser el último.
Y nos despedíamos simulando valor
consolándonos de la anticipada pérdida.
Más de cien soldados rodearon la casa
con tanque, helicóptero, ametralladoras.
Victoria, en camisón, corrió hasta la azotea.
El combate duró una hora y media.
Mi hija conocía el trato que ejército y marina
dispensaban a los prisioneros, y pensaba
que el pecado no era hablar, sino caer viva.
De pronto hubo silencio, Victoria se levantó,
se acercó a la cornisa.
Flaca, de pelo largo, en camisón de noche,
Alicia en el país de las pesadillas.
“No nos matan ustedes”, dijo a la tropa.
“Nosotros elegimos morir” y luego
llevó una pistola a la sien, y apretó el gatillo.

Por la radio supe que habías muerto,
entonces me santigüé como cuando era un niño.
Se me detuvo el mundo. “Era mi hija”, dije.
Tenía miedo por ti y vos por mí
ahora el miedo es dolor. Te quise tanto…
No pude despedirme, en lo oscuro se mueren
los perseguidos. Nos queda la memoria
como único cementerio. Ahí te guardo
te acuno, te celebro y quizás te envidio.
“Mojaba la sangre los brazos del padre.
Mientras lo llevaba a Troya y lloraba.
Por un hijo que muere no hay recompensa”.

.

César Brie
La Ilíada

.

.

.

.
I GRECI SIAMO NOI

César Brie

César Brie (Buenos Aires, Argentina, 1954)

Avete visto nell’ultima scena Priamo che porta sulle proprie spalle il cadavere di Ettore, il quale a sua volta porta un manichino con le sue stesse sembianze. Ettore è doppio perché nell’Iliade si racconta che durante il giorno Achille distrugge il suo cadavere, mentre alla sera Afrodite e soprattutto Apollo lo ricompongono. Quando Priamo chiede il corpo ad Achille, questi prende un drappo che il re ha portato tra i tanti doni del riscatto e avvolge il corpo di Ettore perché, dice Omero, non vuole che il padre veda come lui ha ridotto il cadavere del figlio. Ciò significa che, agli occhi di Achille, Ettore è un cadavere distrutto. Eppure quando quel cadavere arriva, poche ore dopo, a Troia, la madre gli dice: «Sei tornato, sei intatto come uno che è morto sognando i suoi cari».

E un testo che io faccio dire ad Andromaca, e i filologi qui presenti si tapperanno le orecchie. Ho pensato che in realtà c’è una visione del cadavere che corrisponde allo sguardo di chi lo ammazza e una visione che proviene dallo sguardo di chi lo ricorda. È un tema molto vicino a quello dei desaparecidos, e tale vicinanza è stato il primo motivo per cui ho deciso di lavorare su l’Iliade. Così abbiamo costruito questo doppio di Ettore, un doppio che viene quasi distrutto in scena, sul quale si può esercitare la violenza. Come avete visto nella sequenza in cui Achille prende il manichino, che è identico all’attore, fatto con un calco dell’attore, e lo scaraventa contro il muro. Esattamente quello che pochi giorni fa in Tv ho visto fare a dei talebani morti, quando i soldati dell’Alleanza del nord prendevano a calci i cadaveri, che non potevano sentire più niente. E questo per me è il paradigma di ciò che sono la guerra e ogni esercizio della violenza.

L’Iliade è un testo che per fortuna non ho letto a scuola. L’ho letto prima, l’ho letto da me. Leggevo molto da bambino, mio padre era libraio, quindi io potevo leggere quello che volevo, divoravo i libri. Divoravo i libri e giocavo a calcio, le due cose che amavo e ancora oggi amo fare.

Quando ho riletto il poema ho provato una grande commozione. Ero qui in Italia, durante una tournée, a casa di un amico. La figlia, studentessa di Lettere, aveva lasciato il libro sul comodino della sua stanza, che mi aveva ceduto per la notte. Come ogni libro che si sfoglia, l’ho aperto a caso, e ho cominciato a leggerlo dalla fine. Ho preso l’ultimo capitolo, dove si racconta la ricerca del cadavere di Ettore da parte del padre Priamo. Proprio l’ultima scena che avete visto. E mi sembrava che parlasse dei desaparecidos e dell’America Latina di oggi. Ero molto colpito. Quella che avevo tra le mani era la traduzione in versi di Rosa Calzecchi Onesti, una versione straordinaria.

Ho aperto un’altra pagina a caso e ho cominciato a leggere un altro frammento: la descrizione di una battaglia, con teste tagliate, occhi che saltano, cervello che cola… un orrore. Prendo ancora un brano: un dialogo d’amore tra Andromaca ed Ettore – che è poi l’unico dialogo d’amore tra i due. Ed era troppo. Erano tre frammenti che leggevo e tutti mi arrivavano dritti al cuore. Allora ho comperato il libro. Dato che ero in Italia, ho preso sia la traduzione libera di Maria Grazia Ciani, sia la versione della Calzecchi Onesti. E le ho divorate. Poi ho acquistato anche un’edizione spagnola. Con lo spagnolo noi latinoamericani abbiamo dei problemi, perché il nostro castigliano è molto diverso da quello della Spagna e le traduzioni spagnole spesso le sentiamo troppo lontane. Ne ho confrontate diverse, prese in Messico, in Argentina, in Spagna, ma in realtà mi sono servite di più le due traduzioni italiane.

[…]

[…] mi ricordo l’impressione di una persona che normalmente non va a teatro e che alla fine dello spettacolo mi ha detto: «Appena è cominciata la canzone in quechua —è la canzone di Polidoro fantasma— ho capito: i Greci siamo noi». E io ho pensato: allora ci sono riuscito.

.

César Brie
Conferència Riflessioni su un’Iliade andina a la Facultat de lletres de la Universitat dels Estudis de Siena. 5 de desembre de 2001.
Inclosa a: César Brie. L’Iliade del teatro de los Andes. Ed. Titivillus.

Introducció (primeres 17 pàgines): Titivillus.it

.

.

.

Iliada - César Brie

Iliade - DVD -  César Brie.
.
.
.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Iliade - DVD -  César Brie - 3.

.

.

Iliada - César BrieCésar Brie

Teatro I – La Ilíada / Las Abarcas del Tiempo
En un sol amarillo / Otra vez Marcelo
Presentación de Jorge Dubatti
Estudio crítico y edición de Marita Foix

Editorial Atuel. Buenos Aires, Argentina, 2013
ISBN: 9789871155842

.

.

Iliade - DVD -  César BrieCésar Brie

L’Iliade del Teatro de los Andes
A cura de Fernando Marchiori
Traduzzioni di Silvia Raccampo

Teatrino di Fondi / Titivillus Mostre Editoria. Corazzano (Pisa), 2010
ISBN: 9788872182987

.

.

Iliade - DVD -  César Brie - 3Hacienda del teatro

Un film-documentario di Reinhard Manz,
Matthias Rebstock e Daniel Ort

Point de vue-doc
Svizzera, 2003
DVD – Video

.

.

.

 

 

 

 

 

«…il allait dans sa nuit et sa nuit allait dans la nuit.» Wajdi Mouawad

.

.

.

.

… il marchoit, semblable à la nuit

Iliade, I, 47
Trad. de Madame Dacier

.

.

[…] dans l’instant de ses pas, dans le claquement des talons contre la surface gelée de la route, il était dans son manteau comme, dans le ciel, serait le drapeau de la profonde nuit. Au milieu des maisons, il allait dans sa nuit et sa nuit allait dans la nuit. […]

.Wajdi Mouawad
Anima
[Vulpes vulpes]

Anima fr

.

.

.

 

I feia via semblant a la nit.

Ilíada, I, 47
Trad. de Montserrat Ros

.

[…] en l’instant dels seus passos, en el repic dels talons contra la superficie gelada del carrer, anava encofurnat en el seu abric com, al cel, aniria l’estendard de la profunda nit. Entre les cases, avançava en la seva nit i la seva nit avançava en la nit. […]

.

Wajdi Mouawad
Ànima
[Vulpes vulpes, pàg. 67]
Trad. d’Anna Casassas Figueras

.

Ànica cat

.

.

.

… y él iba avanzando, a la noche semejo.

Ilíada, I, 47
Trad. d’Agustín García Calvo

.

[…] en el apremio de sus pasos, en el repiqueteo de los talones sobre la superficie helada de la carretera, se envolvía en el abrigo como se envuelve en el cielo la bandera de la profunda noche. Rodeado de casas, avanzaba en su noche y su noche avanzaba en la noche. […]

.

Wajdi Mouawad
Ánima
[Vulpes vulpes]
Trad. de Pablo Martín Sánchez

.

Ánima cast
.
.

.

.

Ànica catWajdi Mouawad

Ànima

Traducció d’Anna Casassas Figueras

Antípoda, 6
Edicions del Periscopi. 2014
ISBN: 9788494049095

.

.

.

Àngels Marzo, tot buscant Quios

.

.

.

Recordeu’s de mi, que sols vos demano que un dia vinga algú a aquesta terra (potsê un afligit foraster) preguntant : — Qui és aquest home, l’aede tant dolç que ve i us encisa amb son cant? — vosaltres digueu-li amb bon cor: — És un orb de la Quios rocosa, i de cants com els seus no n’hi haurà — […]

A Apol·lo deli
Himnes homèrics
Versió de Joan Maragall

.

.

.

.

.

1

.

No oblidis Quios,

el viatge és cadència

cap a l’orígen

.

.

Buscant Quios

29

.

Mira, Atenea,

els ulls de sal oberta

de la Medusa.

.

.

.

34

.

Coneix Nausica

que Arete exigeix sempre

una altra muda

.

.

.

.

.

.

Buscant QuiosÀngels Marzo

Buscant Quios

XLVII Premi Joan Teixidor de Poesia de la Ciutat d’Olot-Haikus en línia 2013

Viena edicions. Barcelona, maig 2014

ISBN: 9788483307885

.

.

.

.

 

«Com ressona un buirac ple de sagetes …» d’Homer a Verdaguer

.

.

.

.

Com ressona un buirac ple de sagetes
del ballester en la robusta espatlla
[…]

Jacint Verdaguer
Canigó
(Cant II. Flordeneu)

Los balears penjada duen al braç la fona
trenada amb tres badies de cànem o de pell,
quan de sa roda encesa, que força i foc li dóna,
la pedra surt brunzenta, o aterra o fa portell.
Lo cos dels sagitaris segueix la immensa rua;
buiracs feixucs ressonen damunt sa espatlla nua,
rublerts tots de sagetes de verinosa pua
que en sa volada trenca les ales de l’aucell

Jacint Verdaguer
Canigó
(Cant VII. Passatge d’Hanníbal)

.

.

BUYRACH, bossa de tretes. Haec Pharetra, æ. Hic Corytus, ti. Qui porta buyrach. Pharetratus, a, um. Posar-se, ò penjar lo buyrach al costat. Lateri pharetram accommodare, aptare, appendere. Desguarnir, ò desarmar lo buyrach. Pharetram sagittis exarmare, exuere.

Gazophylacium catalano-latinum [1696]
Joan Lacavalleria Dulach

.

BUYRAC. s.m. Aljaba, carcax. Pharetra

Diccionario Catalán-Castellano-Latino [1803]
Joaquim Esteve i Josep Belvitges

.

.

.

.

.

Iliada - Montserrat Ros II

[…] I Febos Apol·lo, que el va escoltar, s’enfurí cor endins i, amb l’arc i el buirac clos a banda i banda, penjats a l’espatlla, davallà dels cims de l’Olimp. Ressonaven les fletxes a la seva esquena mentre, furibund, avançava. I feia via semblant a la nit. Es deturà lluny de les naus i etzibà, ràpid, una sageta. Fou paorós l’esclafit del seu arc argentí. De primer atacava les mules i els gossos rabents, però després apuntava el dard agut contra els guerrers i els l’engegava. I eren nombroses les pires de mort que cremaven sens fi.

Montserrat Ros i Ribas [2005].

.

.

.

Ilíada Balasch

[…] I Febos Apol·lo va atendre’l,
perquè amb el cor indignat baixà de l’Olimp, de les piques,
amb l’arc al coll i el buirac tapat per damunt i per sota.
Van brunzir les fletxes, és clar, quan ell es va moure
rere de l’aïrat, que talment com a nit caminava.
Va asseure’s lluny de les naus, tirà amb encert una fletxa
i un pom d’esclats de por brogí de l’arc fet de plata.
Primer anava apuntant les atzembles i els gossos veloços,
després ja els tirava dards de punta de pi sense errar-hi:
denses pires de morts ja sempre més hi cremaren.

Manuel Balasch [1997]

.

.

.

 

[…] I Febos Apol·lo el va escoltar; va baixar dels cims de l’Olimp irritat en el seu cor, portant a les espatlles l’arc i el buirac ben tapat en ambdós costats. Les fletxes ressonaven a la seva esquena, quan ell, indignat, es movia; i avançava semblant a la nit. Es va asseure lluny de les naus i va disparar una sageta. Un espetec esgarrifós va sortir del seu arc argentí. De primer tocava les mules i els gossos veloços, però després, tot engegant sagetes punxegudes, disparava contra els homes mateixos. I nombroses pires de cadàvers cremaven constantment.

Joan Alberich i Mariné [1996]

.

.

.

Iliada Peix

[…] i va exaudir-lo Febos Apol·lo,
que s’afuà, cims avall de l’Olimp amb el cor encès d’ira
i amb el buirac, ben clos als dos caps, i l’arc a l’espatlla.
Quan es mogué, quimerut, les seves fletxes dringaren
sobre l’esquena i partí semblant a la nit. Va apostar-se
lluny de les naus, després amollà la seva sageta.
L’arc d’argent engegà una esglaiosa dringada. D’antuvi
mules i gossos rabents va escometre, després sobre els homes
va disparar i dirigir les seves sagetes punxudes,
mentre espesses fogueres cremaven morts de continu.

Miquel Peix [1978]

.

.

.

Ilíada Balasch 1971

[…] i Febus Apol·lo va atendre’l;
cordolgut davallà per les olímpiques serres
amb l’aljava de doble coberta i l’arc a l’espatlla.
Del déu indignat fressejaven els dards a l’esquena
quan ell es movia; així com la nit avançava.
Lluny de les naus assegut disparà llavors una fletxa
i de l’arc argentat terrible brunzit va sortir-ne.
Va escometre primer les bísties i els cans ivarsosos
mes ben tost disparà contra els homes la fletxa puntuda
que engegava, i amb morts a desdir cremaven les pires.

Manuel Balasch [1971]

.

.

.

Ilíada Segalà

[…] i l’escoltà Febos Apol·ló, el qual, enfellonint-se en son cor, davallà de les carenes de l’Olimp amb l’arc i el clos buirac a l’espatlla. Sonaren les sagetes sobre l’espatlla de l’enutjat, quan aquest començà de moure’s. Caminava, assemblant-se a la nit. Després s’assegué lluny de les naus, tirà una sageta, i l’arc d’argent féu un paorós brunzit. Començà per atènyer els muls i els cans lleugers, però no trigà a ferir-los a ells mateixos, endreçant-los punyent sageta, i des de llavors cremaven sempre nombroses pires de cadàvers.

Lluís Segalà i Estalella

.

.

.

Llovera Quinze rapsòdies Ilíiada

 […] I l’oïa Febos Apòl·lon.
I dels cims de l’Olimp davallà cor-irat, de seguida.
Duia l’arc i el buirac, ben tancat tot entorn, a l’espatlla;
i ressonaven del déu irritat a l’espatlla les fletxes
amb el moure’s d’ell, i semblava la nit, avançant-se.
Un tros lluny de les naus es parà, i avià una sageta,
i un horríson brunzit de l’arc argentí s’expandia.
Atacava d’antuvi les mules i els cans ociosos;
però aprés, etzivant ja la fletxa punyent contra els homes,
els colpia. I de morts pires sempre cremaven, espesses.

Josep Mª Llovera

.

.

.

[…] e Fèbus-Apòlon l’eczaudí. Llà-donchs avallà dels altismes olímpichs, irritat en son cor, portant a les espatlles l’arch e la aljava tapada d’abdós caps. Al moure-s lo déu irat, les sagetes tótes ressonen demunt seu; s’avança tenebrós com la nit. Per fí, detura-s lluny dels vaxells, e llança una sageta: l’arch d’argent donà un sò terrible. De primer, colpí los rocins e los cans corredors; emperò aprés, llançant mortal sageta, fereix en los guerrers; e instantment cremaven en les fogueres un munt de cossos morts.

Antoni Bulbena Tosell. Manuscrit  Bul 113 (ms.) de la Biblioteca Nacional de Catalunya. [1903 – 1923]

.

.

.

Iliada Conrad Roure

[…] Apolo ou sa pregaria, y baixa de las cimas del Olimpo; plé d’ ira ‘l cor, portant l’ arch en las espatllas y ‘l carcax tancat; á cada pas del deu airat ressonan demunt d’ ell las sagetas; s’ avansa temible com la nit. De sopte, ‘s detura lluny de las naus, y dispara la primera fletxa; l’ arch d’ argent fá un só terrible. Pel prompte destrueix las caballerías y ‘ls gossos ágils; més tot seguit lo deu dirigeix contra ‘ls guerrers un dart amarch, y d’ allavors gran nombre de fogueras no donava l’ abast á cremar los morts.

Conrad Roure [1879]

.

.

.

.

.

Agustí Calvet (Sant Feliu de Guíxols, 1887 - Barcelona, 1964)

Agustí Calvet (Sant Feliu de Guíxols, 1887 – Barcelona, 1964)

[…]

Jo encara no tenia quinze anys, però ja em sabia de mossèn Cinto almenys quinze-cents versos de memòria. Al col·legi dels jesuïtes, on acabava de terminar el curs amb el greu contratemps que he contat, la literatura cata­lana, antiga o moderna, no ens l’ensenyaven ni gota. A casa meva, però, hi havia tots els llibres de mossèn Cinto: des d’una edició de L’Atlàntida, feta a París, i una altra, també francesa, del Canigó (totes dues amb el text català encarat a la traducció en prosa), fins a les Flors del Calvari, els Idil·lis i cants místics i el Dietari d’un pelegrí a Terra Santa, aquella seva narració tan planera i senzi­lla, tan saborosa, que jo havia llegit una dotzena de vega­des i encara avui m’encisa profundament, com el pa ar­caic, fet amb farina pròpia, pastat i cuit a casa.

En tots els llibres de mossèn Cinto, jo hi trobava un plaer únic, que no sabia definir, però que no em donaven els altres escriptors catalans, i ni remotament els caste­llans que ens havia fet conèixer el bon pare Moreu. Aquell encís de mossèn Cinto, per mi, venia menys de les coses que deia que de la manera com les deia, ama­gant dintre els seus mots una força màgica que els il·luminava amb una claror incomparable, donant-los en­sems una substància plenament saborosa. Era el geni de l’idioma que em parlava amb la veu d’ell. Recordo que sovint jo havia demanat a la gent gran en què consistia aquell estrany poder de mossèn Cinto. I tot­hom em responia el mateix: “El seu secret està en això: que és un pagès de la Plana de Vic i coneix de naixença aquell català tan pur i bo de la gent camperola.” Era l’ex­plicació més corrent que llavors es donava del miracle de mossèn Cinto. I fins semblava clara, però era radical­ment falsa. Jo ho intuïa vagament, perquè no em satis­feia gens ni mica. Quan obria un dels poemes de Verda­guer i hi trobava, per exemple, encastat amb una gràcia i una naturalitat sobiranes, un vers així:

com ressona el buirac ple de sagetes

que no se m’encallava a la boca, tot obligant-me a recór­rer al diccionari per entendre’l bé; i, un cop ben comprès, desxifrades les dues paraules de mi inconegudes que con­tenia, em donava un goig meravellós que m’obligava a redir-lo i a passar-me’l pels llavis tot el dia, llavors veia ben clar que aquella explicació de l’encís del poeta era del tot superficial. Els pagesos de la Plana de Vic no hi par­laven pas, d’aquella manera, ni haurien entès un vers semblant, per més vegades que els l’haguessin dit. I l’ex­traordinari, per mi, era comprovar que els altres poetes catalans, que jo igualment llegia, i molts dels quals ja co­neixia de vista, també n’hi posaven, de mots obscurs, a les seves poesies, però instantàniament s’hi veien, com una taca en un llençol o com un escull que treu el cap en­mig de la mar plana. Fins anys després no vaig saber que aquell fenomen, llavors inexplicable per mi, era el fet su­perior, el “miracle”, que posa mossèn Cinto en un cim solitari i únic, per damunt de tots els altres escriptors, so­vint més savis o més plens, de la nostra Renaixença. Mossèn Cinto, més que un poeta excepcional, és el geni plasmador del català ressuscitat el segle XIX.

Jacint-verdaguer

Jacint Verdaguer i Santaló (Folgueroles, Osona, 17 de maig del 1845 – Vallvidrera, Barcelonès, 10 de juny del 1902)

[…]

Agustí Calvet (Gaziel)
Tots els camins duen a Roma. Memòries
VIII. L’enterrament de mossèn Cinto (13 de juny de 1902)

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Gazophylacium pJoan Lacavalleria i Dulach

Gazophylacium Catalano-Latinum
dictionibus phrasibus illustratas,
ordine literario comprehendens

Antonium Lacavalleria

Barcelona, 1696

.

.

.

BelvitgesAntonio Jutglà Font, Joaquim Esteve i Josep Belvitges

Diccionario Catalán-Castellano-Latino 

Oficina Tecla viuda Pla

Barcelona, 1803

.

.

.

Iliada - Montserrat Ros IIHomer

Ilíada. Vol. I

Traducció de Montserrat Ros i Ribas

Fundació Bernat Metge. Barcelona, 2005

ISBN: 8472258599

.

.

.

Ilíada BalaschHomer. La Ilíada.

Traducció i notes de Manuel Balasch.

Proa

Barcelona, 1997.

ISBN: 9788482564098

.

.

.

Homer

La Ilíada

Introducció, traducció i notes de
Joan Alberich i Mariné

Barcelona 1996. ISBN: 9788474108880

.

.

Iliada PeixHomer.

La Ilíada

Traducció poètica de Miquel Peix

Editorial Alpha. Barcelona, 1978

ISBN: 8472251195

.

.

.

Ilíada Balasch 1971Homer. La Ilíada.

Traducció íntegra, directa i

en vers per Manuel Balasch.

Biblioteca Selecta nº 446.

Editorial Selecta. Barcelona, 1971.

.

.

.

Ilíada SegalàHomer. Ilíada,

amb la versió directa i literal de
Lluís Segalà i Estalella
— Cant primer —

Extret del Butlletí de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona nº 103.
Impremta de la Casa Provincial de la Caritat. Barcelona, 1930.

.

.

.

Josep Mª Llovera. Versions de l’obra completa d’Horaci

i de quinze rapsòdies de la Iliada d’Homer.

Traducció directa en els metres originals

Acadèmia Catòlica.

Sabadell, 1975

.

.

.

Iliada

Poema en XXIV cants d’Homero,

traduhit en prosa catalana per Conrad Roure.

Estampa de Leopoldo Domenech.

Barcelona 1879

.

.

.

Gaziel - MemòriesGaziel

Tots els camins duen a Roma
Història d’un destí (1893-1914)
Memòries I

Les millors obres de la literatura catalana, 68
Edicions 62 i la Caixa
Barcelona, 1981

.

.

.

.

 

 

L’Antologia de Spoon River, d’Edgar Lee Masters. Una “Antologia Palatina” americana (amb l’afegit d’una paròdia homèrica)

.

.

.

Edgar Lee Masters va néixer a Garnett (Kansas) el 1868, però la família aviat es va traslladar a la granja dels avis paterns, a Illinois. Va ser en aquest estat del Midwest on Lee Masters va passar la seva vida. Cap al centre de l’estat hi corre un afluent del riu Illinois: és l’Spoon River, d’on surt el nom de la localitat de ficció des del cementeri de la qual ens parlen els protagonistes d’aquests poemes. La vida i els personatges de Spoon River estan construïts a partir del record dels dos pobles d’Illinois on van transcórrer la infantesa i la joventut d’Edgar Lee Masters: Petersburg i Lewiston, un a cada banda del riu Illinois. La crítica ha rastrejat els models de la vida real en què es basen molts dels personatges de l’obra.

Edgar Lee Masters (Garnett, Kansas, 23 d'agost 1868 - Melrose Park, Pennsylvania, 5 de març 1950)

Edgar Lee Masters (Garnett, Kansas, 23 d’agost 1868 – Melrose Park, Pennsylvania, 5 de març 1950)

L’Antologia de Spoon River és un cor de veus que ens parlen des del cementeri. El mateix Lee Masters es referia als seus poemes com a «epitafis»: a cada una de les peces, el narrador poemàtic és un personatge diferent que, des de la tomba, ens ofereix una síntesi poètica del que va ser la seva existència: una síntesi de vegades frustrada, de vegades enriolada, i d’altres vegades paradoxal, exemplar, amarga, venjativa o il·luminadora. Els morts que passen comptes amb la seva vida: aquest és el recurs a partir del qual Lee Masters traça el seu gran fresc de la vida en un petit poble de l’Illinois de finals del segle XIX.

[…]

Cal fer un aclariment respecte del títol. L’Antologia de Spoon River no ñes el que habitualment s’entén per una antologia. El títol prové del volum The Greek Anthology, versió anglesa de l’Antologia Palatina, una col·lecció de poemes de la Grècia clàssica i bizantina. A l’Antologia Palatina hi predominen els epigrames curts, sovint dits en primera persona: el model a partir del qual Lee Masters va fer la seva crònica de la vida a Spoon River.

[…]

L’Antologia de Spoon River publicada en forma de volum va incloure, al final, dos poemes extensos de to literari molt diferent al dels epitafis. El primer és «L’Spooníada» que, d’acord amb l’autor, és el fragment d’un llarg poema èpic que no va acabar d’escriure Jonathan Swift Somers, un dels personatges de l’obra. La construcció del títol sobre el model de La Ilíada i el nom del suposat autor ja ens donen les pistes de la intenció literàriadel text: el relat d’un episodi de la vida local en forma de paròdia homèrica. […].

.

Jaume Bosquet i Miquel Àngel Llauger
Introducció a l’edició de l’Antologia de Spoon River

.

.

.

El darrer dels “epitafis” és a càrrec de Webster Ford, que és un pseudònim usat per Lee Masters en alguna de les seves obres. I en ell es refereix a Apol·lo Dèlfic, protector dels poetes:

.

.

.

Webster Ford

.

Do you remember, O Delphic Apollo,
The sunset hour by the river, when Mickey M’Grew
Cried, “There’s a ghost,” and I, “It’s Delphic Apollo,”.
And the son of the banker derided us, saying, “It’s light
By the flags at the water’s edge, you half-witted fools.”
And from thence, as the wearisome years rolled on, long after
Poor Mickey fell down in the water tower to his death
Down, down, through bellowing darkness, I carried
The vision which perished with him like a rocket which falls
And quenches its light in earth, and hid it for fear
Of the son of the banker, calling on Plutus to save me?
Avenged were you for the shame of a fearful heart
Who left me alone till I saw you again in an hour
When I seemed to be turned to a tree with trunk and branches
Growing indurate, turning to stone, yet burgeoning
In laurel leaves, in hosts of lambent laurel,
Quivering, fluttering, shrinking, fighting the numbness
Creeping into their veins from the dying trunk and branches!
‘Tis vain, O youth, to fly the call of Apollo.
Fling yourselves in the fire, die with a song of spring,
If die you must in the spring. For none shall look
On the face of Apollo and live, and choose you must
‘Twixt death in the flame and death after years of sorrow,
Rooted fast in the earth, feeling the grisly hand,
Not so much in the trunk as in the terrible numbness
Creeping up to the laurel leaves that never cease
To flourish until you fall. O leaves of me
Too sere for coronal wreaths, and fit alone
For urns of memory, treasured, perhaps, as themes
For hearts heroic, fearless singers and livers–
Delphic Apollo.

.

Edgar Lee Masters

.

.

.

[…]

És inutil, o joves, fugir del reclam d’Apol·lo.
Llanceu-vos al foc, moriu amb un cant primaveral,
si heu de morir durant laprimavera. Ningú no pot mirar
el rostre d’Apol·lo i viure, i haureu de triar
entre morir a les flames o després d’anys de patiments,
amb les arrels fermes a la terra, sentint la mà terrible,
més que al tronc a la insensibilitat espantosa
que puja per les fulles del llorer que no para
de florir fins que caieu. Oh fulles meves
massa seques per fer de corona, i bones només
per urnes de memòria, atresorades, potser, com a tema
de cors heroics, que canten i viuen sense por—
Oh Apol·lo Dèlfic!
.
Traducció de Jaume Bosquet i Miquel Àngel Llauger
.

.

.

.

I pel que fa a l’Spooníada, aquesta comença així:

.

.

.

The Spooniad

[The late Mr Jonathan Swift Somers, laureate of Spoon River see page 260 planned The Spooniad as an epic in twenty-four books, but unfor­tunately did not live to complete even the first book. The fragment was found among his papers by William Marion Reedy and was for the first time published in Reedy’s Mirror of December 18th, 1914.]

Of John Cabanis’ wrath and of the strife
Of hostile parties, and his dire defeat
Who led the common people in the cause
Of freedom for Spoon River, and the fall
Of Rhodes’ bank that brought unnumbered woes
And loss to many, with engendered hate
That flamed into the torch in Anarch hands
To burn the court-house, on whose blackened wreck
A fairer temple rose and Progress stood—
Sing, muse, that lit the Chian’s face with smiles
Who saw the ant-like Greeks and Trojans crawl
About Scamander, over walls, pursued
Or else pursuing, and the funeral pyres
And sacred hecatombs, and first because
Of Helen who with Paris fled to Troy
As soul-mate; and the wrath of Peleus’ son,
Decreed, to lose Chryseis, lovely spoil
Of war, and dearest concubine.

[…]

Edgar Lee Masters

.

.

.

L’Spooníada

[El difunt senyor Jonathan Swift Somers, poeta per excel·lència de Spoon River (vegeu la pàgina 261) va planejar L’Spooníada com un poema èpic en vint-i-quatre llibres, però dissortadament no va viure ni tan sols per completar-ne el primer. El fragment el va descobrir William Marion Reedy entre el seus papers i va ser publicat per primera vegada al Reedy’s Mirror el 18 de desembre de 1914.]

De la ira de John Cabanis i la lluita
de bàndols enfrontats, i de l’atroç derrota
de qui va encapçalar els veïns en la causa
d’un Spoon River lliure, i de com caigué el banc
de Rhodes, tot portant afliccions i pèrdues
per a molts, i de com això generà un odi
que es féu flama a la torxa de mans de l’Anarquista
i abrusà el tribunal i sobre les ruïnes
s’alçà un temple més bell i prevalgué el Progrés—
canta, oh musa que duies el somriure a la cara
del poeta de Quios que veié arrossegar-se,
com si fossin formigues, els grecs contra els troians
pels volts de l’Escamandre, enfilant-se a murades,
perseguits o encalçats, i que veié les pires
funerals i els sagrats sacrificis, i tot
perquè Helena fugi amb Paris, l’estimat
del seu cor, cap a Troia; i la ira del fill
de Peleu, compel·lit a no veure Criseida,
concubina i botí de la guerra.

[…]
.

Traducció de Jaume Bosquet i Miquel Àngel Llauger

.

.

.

Lee Masters - Spoon RiverEdgar Lee Masters

Antologia de Spoon River

Traducció de Jaume Bosquet i Miquel Àngel Llauger

Poesia sèrie CULIP, 24

Llibres del Segle. Girona, 2012

ISBN: 9788489885653

.

.

.

La mort d’Aquil·les per la deslleialtat d’Apol·lo. Kavafis

.

.

.

DESLLEIALTAT

.

.

.

sí, celebrem moltes coses d’Homer, però aquesta no l’apro-
­varem pas … ni tampoc el passatge d’Èsquil on Tetis diu
que Apol·lo, cantant a les seves bodes, li anuncià

……………………………………….una feliç fillada,
de vides sense afeccions i prolongades.
I quan ho hagué dit tot, pel meu destí, dels déus
afavorit, cantà el pean, bo i confortant-me.
I jo em pensava que era franca la divina
boca de Febos, bullent d’art profètica.
Però el mateix cantor …
…………………………. …és ell qui assassinà
el meu fill …

Plató, República, 383 a-b

.

.

.

.

Fou quan casaven Tetis amb Peleu
que Apol·lo s’aixecà de l’esplèndida taula
de les bodes i felicità els nuvis
pel brot que sortiria de la seva unió.
Va dir: «Mai no el prendrà cap malaltia
i tindrà vida llarga».—Va dir això,
i Tetis s’alegrà moltíssim, perquè els mots
d’Apol·lo, que era entès en profecies,
li van semblar una garantia pel seu fill.
I quan es va fer gran, Aquil·les, i era
glòria de Tessàlia, la seva gran bellesa,
Tetis es recordava d’allò que va dir el déu.
Van arribar, però, un dia, uns vells amb noves
van contar la mort d’Aquil·les davant Troia.
Tetis s’esquinçà els vestits de porpra
i es treia del damunt, i els va tirar a terra,
els seus anells i braçalets.
I enmig dels seus laments va recordar el passat;
i preguntà que feia, el savi Apol lo,
per on rodava, aquell poeta que tan bé
parlava en els convits, on parava, el profeta,
quan li mataven el seu fill tan jove.
I els vells li van respondre que era el mateix Apol·lo
que, en persona, havia baixat a Troia
i junt amb els troians havia mort Aquil·les.
.

.

.

Konstandinos Kavafis
Trad. Joan Ferraté

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

DESLLEIALTAT

.

.

Quan van casar Tetis amb Peleu,
al  brillant convit  de  noces  s’alçà  Apol·lo,
i va felicitar els casats de nou
pel plançó que neixeria d’aquella unió.
Va dir:  «Mai no el danyarà cap malaltia
i tindrà llarga vida». Quan digué això,
Tetis va alegrar-se molt, que les paraules
d’Apol·lo, savi en profecies,
li  semblaren  com  una  garantia  per  al  seu  fill,
I mentre Aquil·les anava creixent,
i era glòria de Tessàlia la seva bellesa,
Tetis recordava les paraules del déu.
Però un dia van venir uns vells amb notícies,
i anunciaren la mort d’Aquil·les a Troia.
Tetis va trossejar els seus vestits de porpra,
es va treure del damunt i va rebatre,
per terra els braçalets i els anells.
Enmig del plany va recordar-se de coses passades,
i preguntà què feia el savi Apol·lo,
on era el poeta que en el convit
deia coses tan belles, on era el profeta
quan a ella li mataven el fill, en la flor de l’edat.
I els vells li contestaren que Apol·lo
en persona havia devallat a Troia,
i junt amb els Troians havia donat mort a Aquil·les.
.

.

.

Konstandinos P. Kavafis
Trad. Alexis Eudald Solà

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

DESLLEIALTAT

.

.

Tot i que és molt el, que celebrem d’Homer,
no celebrarem, emperò, això…, com tampoc
allò altre d’Èsquil, quan Tetis diu
que, en les seves noces, Apol·lo, cantant, li

«…augurà una feliç fillada
de llarga vida i inexperta de mals.
I dit que hagué aquest destí meu grat als déus,
entonà el pean i hi vaig trobar conhort.
I jo esperava que l’art màntica bullent
a la boca del déu no fos enganyosa,
però ell mateix, l’himnejador, …
…….  …fou ell qui occí,
ell, el meu fill».

Plató, República, II

.

.

El dia que casaven Tetis amb Peleu
s’aixecà Apol·lo de l’esplèndida taula
de noces, i augurà felicitat als nuvis
pel plançó que havia de brostar de llur unió.
Digué: «Les malalties mai no el tocaran
i tindrà llarga vida.» Quan digué això,
Tetis s’alegrà molt, car la dita
d’Apol·lo, que tenia coneixement profètic,
li semblà una garantia per al seu fill.
I quan es féu gran Aquil·les i era lloada
per tot Tessàlia la seva bellesa,
Tetis de la dita del déu es recordava.
Però un dia arribaren uns vells amb noves
i anunciaren la mort d’Aquil·les a Troia.
I Tetis s’esquinçà els seus vestits de púrpura
i es treia de damunt i tirava per terra
els braçalets i els anells que portava.
I enmig del seu plant recordà el passat
i preguntà què feia el savi Apol·lo,
on parava el poeta que tan bé que sabia
parlar als convits, on parava el profeta
quan el fill li mataven, que era encara tan jove.
I els vells li feren resposta que Apol·lo,
ell mateix en persona havent baixat a Troia,
amb els troians havia occit Aquil·les.
.

.

.

Konstandinos Kavafis
Trad. de Carles Miralles

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Joan Ferraté

Les poesies de C.P. Cavafis

Poesia dels Quaderns Crema, 23

Quaderns Crema. Barcelona, 1987

ISBN: 8485704991

.

.

Konstandinos P. Kavafis

Poemes

Traduïts i anotats per Alexis E. Solà

Clàssics Curial, 1

Curial Edicions Catalanes. Barcelon, 1975

ISBN: 8472560589

.

.

Set poetes neogrecs

Antologia

A cura de Carles Miralles

amb la col·laboració de Montserrat Camps

Les millors obres de la literatura universal – segle XX, 25

Edicions 62. Barcelona, 1988

.

.

.

La mitologia de José Saramago

.

.

.

MITOLOGIA

.

José Saramago

José Saramago (Azinhaga, Portugal, 16 de novembre de 1922 – Lanzarote, 18 de juny de 2010)

.

Os deuses, noutros tempos, eram nossos
Porque entre nós amavam. Afrodite
Ao pastor se entregava sob os ramos
Que os ciúmes de Hefesto iludiam.
.
Da plumagem do cisne as mãos de Leda,
O seu peito mortal, o seu regaço,
A semente de Zeus, dóceis, colhiam.
.
Entre o céu e a terra, presidindo
Aos amores de humanos e divinos,
O sorriso de Apolo refulgia.
.
Quando castos os deuses se tornaram,
O grande Pã morreu, e órfãos dele,
Os homens não souberam e pecaream.
.

José Saramago

.

.

.

MITOLOGIA

.

.

Pan amb tres Nimfes (Relleu votiu. Circa 330 aC. Trobat a Megalòpolis o Esparta. Atenes, Museu Arqueològic Nacional, n. 1449)

Els déus, en altres temps, eren nostres
perquè entre nosaltres estimaven. Afrodita
al pastor es lliurava sota les branques
que la gelosia d’Hefest ensarronaven.
.
Del plumatge del cigne a les mans de Leda,
el seu pit mortal, la seva falda,
la llavor de Zeus, dòcils, collien.
.
Entre el cel i la terra, presidint
els amors d’humans i divins,
el somriure d’Apol·lo refulgia.
.
Quan castos els déus es tornaren,
el gran Pan es morí, i orfes d’ell,
els homes no ho saberen i pecaren.
.
.
José Saramago
(traducció de Josep Domènech)
.

.

.

José Saramago
Els poemes possibles
Traducció de Josep Domènech
Edició bilingüe
Col. Poesia, 98
Edicions 62. Barcelona, 2005.
ISBN: 9788429755336

.

.

Himnes Homèrics (Joan Maragall) – II A Apol·ló Piti

..

.

.

 

II

.

A Apol·ló Piti

.

.

Apol·ló sobirà : és teva la Lícia i l’amable Meonia,

i Milet vora’l mar, ciutat agradosa; pro encara és a Delos

voltada tota ella pel bat de les ones, on més regnes tu.

.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .

Heus-aquí que ja el fill de Leto gloriosa se’n va,

polsant la còncava lira, envers el terrer pedregós

de Pito; cobert de flairosos vestits divinals,

fent sonâ harmoniosa la lira amb son plectre d’or;

i allí, alçant-se, tant ràpid com el pensament,

de terra a l’Olimp, se n’entra de Zeus al palau, a l’augusta

companyía dels déus immortals, atents de seguida

a la cítara, al cant; i totes les Muses, amb veu harmoniosa,

segueixen-lo i canten la gloria eterna dels déus

amb la miseria  reben els homes i dònes mortals

que viuen amb seny insegur i no tenen remei ni esperança

davant la trista vellesa i la mort. Llavores les Càrites

de cabellera formosa, i les Hores benignes, i la bella Harmonia,

i Heba, i encara la filla de Zeus, Afrodita d’or,

se dónen les mans l’una a l’altra i comencen la dança; i amb elles,

no lletja i petita, ans molt admirable pel rostre i l’alçada,

Artemis, la que ama llançâ al lluny sagetes, la igual d’Apol·ló;

i Ares i Argifont vigilant s’hi posen amb elles,

mentre Febos toca la cítara d’alegre ressò;

i llurs peus radiants, i llurs túniques d’or, que voleien,

resplendeixen al lluny; i Leto dels bells cabells rossos

i Zeus provident, contemplant-los plegats, s’alegren el cor.

Què més podré dir, per lloar-te, a tu, ja lloat per molts cants?

¿Cantaré ton amor de llavores que volíes Atzantida, la verge,

a l’ensems del semblant a un déu Isquis Elatiònida, senyor de cavalls?

.   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .   .  

¿O de quan tu, al-lluny-feridor, te n’anares cercant

per la terra l’indret millor per ton oracle primer?

A la Pieria, llavors descendires de l’Olimp, travessares el Lacmó,

i l’Ematia i els Perrebs, i anares a Jolcos i a Ceneos i a Eubea,

famosa en ses naus, aturant-te en la plana de Lelas; i allí

¿no’t plagué de bastir-hi el teu temple, enrondant-lo de boscos sagrats,

Apol·ló, oh tu, al-lluny feridor? Te n’anares, passares l’Euripos,

pujares la verda i divina muntanya, i d’allí tot seguit

te’n vares anâ a Micalessos, de Teumessos als flonjos herbeis.

I a Tebes vingueres. Tota ella era un bosc: cap mortal habitava

encara la Tebes sagrada; camins ni dreceres no’s veien

en la plana tan fèrtil en blat avui; prò tenia molt bosc.

I encara avançares, Apol·ló, al-lluny-feridor, i arribares

a Onquestos, al bosc tant magnífic, sagrat a Posseidó.

Allí, sotmès, bufa el cavall al bell carro junyit;

i el que’l mena, anc que destre, salta en terra amatent

caminant, i el corcer arrocega el carro buit ressonant;

i si el porta de sí al lloc sagrat entre’ls arbres, allí és desjunyit,

i resta el carro, vares en terra, segons culte antic,

al déu consagrat. Oh Apol·ló, al-lluny-feridor, tu passares

encara d’allí, i, travessant els Cefisos de bella corrent,

que desde Lilea eixampla ses aigües, després d’Ocalea

que aixeca ses torres; i encara després d’Haliartos herbosa,

vegeres Telfusa, la plàcida terra que’t fou molt plaenta

per bastir-hi ton temple i posar-hi el bosc sagrat a l’entorn.

T’hi aturares davant i digueres aquestes alades paraules:

—Telfusa! Jo penso bastir damunt teu un temple molt gran,

oracle dels homes, que sempre hi duràn sacrificis perfets;

i, tant aquells de la rica terra del Peloponès

com altres d’Europa i aquells de les illes, voltades de mar,

vindràn a aconsellar-s’hi, i jo, en el temple opulent,

els dictaré la certa resposta, i profetitzaré.—

Aixís parlant, Febos Apol·ló posà els fonaments

amples i llargs i forts. Mes Telfusa, a l’instant,

molt excitada en son cor, aquestos mots li digué:

—Oh Febos Apol·lo sobirà, al-lluny-feridor!

Escolta les paraules que’t vull posâ en l’esperit:

Tu ara vols bastir-me un temple gran al damunt,

oracle dels homes, que sempre hi duràn sacrificis perfets:

doncs lo que vaig  a dir-te’n sia present a ton cor:

que sempre més serà torbat pel pas i el soroll

dels ràpids cavalls i de les mules que vénen sovint a abeurar’s

en mes sagrades fonts; i els homes aquí es distrauràn

mirant els carros ben fets i amb el brogit dels corcers

ans que parar la ment en ton temple i en tot lo de dins.

Doncs creu-me, oh sobirà, encar que sies més gran

i en tot millor que jo: fes-lo a Crissa i adins

les gorges del Parnàs. Allí no’t torbaràn

els carros ben fets, ni el soroll de tants cavalls peu-lleugers

en torn de l’ara cabdal: allí les races millors

dels homes portaràn llurs presents , invocant-te  amb el crit

d’Ié Peàn!, i tu, tot joiós, d’arreu a l’entorn

 rebràs les belles ofrenes. — Telfusa, així havent parlat,

 el cor persuadí d’al-lluny-feridor : conseguí

 servar la gloria propia per ella i no deure-la a ell.

 Llavors, oh Apolló, al-lluny-feridor, te n’anares enllà,

 passant la ciutat dels Flegis dolents, que, havent en la terra

 bella estada en la vall del Cefisos, no curen de Zeus.

 D’allí, àgil, pujares corrent al coll de la serra,

 i arribares a Crissa, assota’l Parnàs ple de neu,

 encarada a Zèfir : damunt, sospesa, té la gran penya;

 i, assota, la vall tant pregona i aspra. Febos Apolló

 pensà bastir-hi son temple, i aquestes paraules digué :

 — Aquest és el lloc on penso bastir-hi un temple molt gran,

 oracle dels homes, que sempre hi duran sacrificis perfets;

 i, tant aquells de la rica terra del Peloponès

 com altres d’Europa i aquells de les illes, voltades de mar,

 vindran a aconsellar-s’hi, i jo, en el temple opulent,

 els dictaré la certa resposta, i profetitzaré. —

 Aixís parlant, Febos Apolló posà els fonaments

amples i llargs i forts; i, al damunt, Trofoni i Agamedes,

els fills d’aquell Erginos tant car als déus immortals,

hi feren de pedra el llindar : molts homes, després, a l’entorn

bastiren el temple de pedra picada, per sempre famós.

Aprop d’allí hi havia una font de bella corrent,

on fou que’l fill de Zeus occí, amb son arc tant fort,

una dragona forçuda que hi havia, molt terrible i gran,

que feia, damunt de la terra, an els homes, maleses sens fi,

devorant les ovelles de peu graciós, i ensagnant-ho tot.

Era aquella que un temps crià l’horrible i funest Tifaó,

terror dels mortals, per ordre d’Hera, del trono d’or,

que l’havia infantat irada amb el Pare dels Déus

perquè ell generà tot sol, dins son cap, Atenea immortal.

Llavores, Hera, irritada, havia dit an els déus :

— Déus i dees, oïu-me : Zeus, dels núvols senyor,

amb tot i haver-me fet sa esposa, i honesta que’n soc,

és primê a menysprear-me : vegeu com, fòra de mi,

ell tot sol ha infantat Atenea, de l’ull esplendent

i excelsa per tant en mig de tots els déus immortals;

mentre que’l nostre fill Hefestos, infantat per mi,

és feble entre tots vosaltres i coix d’ambdós peus,

perquè, prenent-lo amb ses mans, llançava’l; caigué fins al mar,

i allí, de Nereu la filla, Tetis, la dels peus d’argent,

rebia’l, i amb totes les seves germanes prengué cura d’ell.

Altrament hauries de plaure als déus benhaurats.

Tu, fals! tu, dolent! Encara maquines quelcom?

I gosares tot sol generar Atenea de l’ull esplendent?

¿Per ventura et pensaves que jo ja no puc infantar,

amb tot i du el nom de muller teva entre’ls déus immortals

que som al cel ample? Doncs mira : quelcom se m’acut

que cert te doldrà : que jo faré nàixer de mi un fill,

posant-lo entre’ls deus immortals, sens que deshonri per’xò

ton llit sagrat, que és el meu. Mai més en ell m’ajaure,

restant, en mig tots els altres déus, allunyada de tu. —

Havent així parlat Hera, la dels grossos ulls

de bou, se n’anà irada, i batent la terra amb sa mà,

digué aquestes paraules com una invocació:

— Oïu-me, ara, Terra, i adalt tu, ample cel;

i vosaltres també, Titans, que sou soterrats

entorn del Tàrtar gran i que heu generat

els homes i els déus : vullau-me escoltar, i doneu-me un fill

sense que Zeus hi tinga cap part, i no menys fort que ell,

sinó que ho sia tant més, com Zeus que al lluny del lluny mira,

més que Cronos ho fou. — I havent així parlat,

baté amb la mà fortament la terra vivificadora,

que tota es remogué; i Hera, veient-ho, alegrava’s

creient ja veure complert el seu gran desig.

I en tot un any no anà al llit de Zeus providencial,

ni s’assegué, com solia, al trono, tant ben treballat,

sinó que restà en el seu temple voltada d’humils suplicants

delitant-se en els molts sacrificis d’ovelles que eren oferts

a Hera l’augusta, la dea dels grans ulls de bou.

Mes, tantost hagueren passat les nits i els dies,

i complerta que fou la roda de les estacions,

ella infanta son fill, l’horrible i cruel Tifaó,

que en res s’assembla an els homes ni als déus immortals

i per la terra és un càstic. Hera, la dels ulls de bou,

deixava aquell monstre a cura del monstre de Crisa; i, així,

tants mals pervingueren als homes, que’l qui l’encontrava,

amb ell encontrava son dia fatal : això fins i a tant

que Apolló sobirà, al-lluny-feridor, li etjegà el fort tret.

Jagué revolcant-se la bèstia per terra amb panteix molt gran

del dolor que havia; llançà un crit terrible com no’s puga dir,

i, recargolant-se dintre la boscuria d’ací per enllà,

exhalà la vida amb la sang. Apolló se’n lloà, i deia així:

— Podreix-te ara aquí damunt de la terra nodridora d’homes:

ja més no seràs, vivint, la terrible ruïna dels mortals

que menjen els fruits de la nodridora terra; aquí portaran

en pau sacrificis perfets, i mai més Tifaó ni la fosca

Quimera amb la mort funesta els allunyin; podrida seràs

per la negra terra i els raigs del fill d’Hiperió resplendent. —

I, així havent parlat gloriant-se, ja l’ull de la bèstia s’omplí

de tenebra. I la força sagrada d’Helios podria son cos.

Per això és que aquell lloc se nomena Pitó, i Piti an el déu.

Febos Apolló conegué amb tot això, en l’esperit,

que Telfusa, la font de bella corrent, l’havia enganyat,

i va anar-hi ple d’ira. Aviat hi arribà; i, acostant-s’hi, va dir-li:

—           Telfusa : ja que volgueres així enganyar mon esprit,

no’t serà lícit ja més escórrer ta bella corrent

per terra tant delitosa : per mi i no per tu, glòria haurà. —

Digué Apolló, al-lluny-feridor; i la roca tombà,

sepultant la corrent; i al costat d’aquella que fou bella font,

i adins d’un bosc sagrat, de molts arbres, son temple aixecà,

i allí tot-hom va invocar-lo amb el nom d’Apolló Telfusí,

perquè hi vencé la sagrada corrent de Telfusa, la font.

Després d’això, Febos Apolló pensà, en son esprit,

a quins homes caldria iniciar en son culte sagrat

perquè en la Pitó rocosa el servissen, estant-li a oferir

els sacrificis, i a més anunciessen al món

tots els oracles que ell, Febos Apolló, de l’arc d’or,

dictés de son antre dessota’l Parnàs i al peu del llorer.

Mentre ho pensava vegé damunt de la mar de color de vi

una lleugera nau que venia amb molts homes adins

i molt bons : eren de Creta, de Cnossos, la ciutat de Minos,

que pel guany i els afers anaven per mar en la negra nau,

de Pilos envers els sorrals i la gent que hi viu. Apolló,

veient-los, llançava’s al mar, semblança prenent d’un delfí,

i, en la nau lleugera ficant-se, s’hi ajeia com monstre paurós

i no fou conegut. Revolcava’s arreu commovent el fustam

de la nau. Sens paraula restaven els homes, tement, asseguts,

sens fer maniobra : no içaven les veles, immòbils restant

en la fonda nau de la negra proa i al costat dels rems,

tal com se trobaven; i aixís navegaren. El Notos violent

tirant endarrera la ràpida nau,  passaren Malea,

i davant de la terra laconia, i d’Helos, costera ciutat;

i de Tènaros, la terra que és d’Helios, qui alegra els mortals,

on les llanudes ovelles del gran sobirà pasturen

pel camp delitós. Els homes volgueren entrar-hi la nau

per veure el prodigi amb ulls propis, i veure si el monstre paurós

restaria encara en la fonda nau o bé es llançaria

furient altra volta a les ones, tant plenes de peixos, del mar.

Mes la nau, tant ben feta, no volia obeïr

i passava corrent a lo llarg del fèrtil Peloponès,

empesa pel vent : la guiava Apolló, al-lluny-feridor.

I així passà per Arena, per l’Argifea plaenta,

per Tríon, on hi ha el gual de l’Alfeu; per Epi poblada,

i avora de Pilós sorrenca i de la gent que hi viu.

Per vora de Crunos, de Calcis i Dima, la nau arribà

a Elis divina, que’ls Epeus dominen; i passant per Feres,

sota’l vent de Zeus, que tot ho remou, entre-mig dels núvols

vegeren les altes muntanyes d’Ítaca, Dulíquion i Sarna

i Zacintos, coberta de boscos; mes tantost hagueren

passat tot al llarg del Peleponès, l’immens golf de Crisa

els aparegué. I un gran vent de Zèfir, enviat per Zeus,

davallà de Pèter amb força, i la nau corria per sobre

de l’aigua salada del mar amb gran lleugeresa, i anaven

de cara a l’aurora i el sol, per obra del rei Apolló,

de Zeus el fill; i arribaren així fins al port de Crisa,

que hi toca molt el sol i per’xò s’hi fa tanta vinya.

La nau marinera lliscà pel sorral. Llavors Apolló,

al-lluny-feridor, llançant-se esplendent com el sol de mig-dia

(i entorn li saltaven guspires amb gran resplendor fins al cel),

anà terra endins i entrà al santuari, i mostrà qui era

encenent les flames dels trípodes; i l’esclat de la llum

de Febos cobrí tota Crisa, fent llançar uns grans crits

a les dones i filles de bella cintura, de tots els crisencs

pel terror que havien. I ell féu un gran salt, molt ràpid volant

per sobre la nau en forma d’un home a la flor de l’edat,

tant fort i tant jove; i li voleiava la gran cabellera

damunt les amples espatlles; i amb alades paraules digué :

— Qui sou, forasters, i d’on veniu pels líquids camins?

¿Aneu pels vostres afers, o bé a la ventura del mar

com van els pirates, que arrisquen la vida fent mal a la gent?

¿Per què resteu atuïts i no recolliu els ormeigs

de la negra nau, i no salteu en terra després,

com solen aquells que van per treball, travessen la mar

i arriben a terra amb fatic i amb desig dels dolços menjars? —

Així parlà als de la nau, encoratjant llur esprit.

I així el patró dels cretencs respongué : —Oh tu, foraster,

que no t’assembles a un home mortal, talment ets formós,

sinó a un déu benhaurat : si ho ets, com sembles, mercè!

si fosses home, salut! i grans benhaurances dels déus.

Mes diga’ns la vritat com la voldríem saber :

De quin poble ets? la teva pàtria on fou? de quins

mortals pervens generat? Ben lluny de tu el pensament,

navegant per sobre l’abís de les aigües, anàvem a Pilós

sortits de Creta; que’n som i encara ens en alabem;

més arribàrem aquí per força en la nau, amb tot

i que desitjàvem un altre camí i un altre retorn :

segur que un déu immortal ens portà sens nostre voler. —

I aixís els feu de resposta Apolló, al-lluny-feridor:

— Forasters : vosaltres vivíeu a Cnossos, voltada de boscos;

mes per cert que cap tornarà a l’amada ciutat,

ni reveurà sa casa ni la dolça muller,

sinó que aquí restareu servant mon temple opulent

que’ls homes en gran multitud vindran a honorar.

Jo’m glorifico d’ésser el fill de Zeus, Apolló,

i aquí vos he dut per sobre del gran abís de la mar,

no pas per fer-vos cap mal, sinó a fi que hi resteu

servant mon temple opulent, pels homes molt honorat.

I vosaltres mateixos sereu-ne també, per l’alt voler

dels déus immortals que llurs designis vos confiaran.

Doncs eia! ara compliu tot seguit això que us diré :

Primer baixeu veles, plegueu-les, lligant-les ben bé; després

poseu en terra la nau, traient-ne tot lo que duu;

després fareu un altar a la vora mateixa del mar,

i foc hi encendreu, oferint la blanca farina; i, entorn

restant de peu drets, pregareu; i ja que jo us vaig saltar

del mar obscur en la ràpida nau, semblant a un delfí,

com a tal invoqueu-me, i delfínic l’altar també sia dit

i amb tal nom per sempre famós. Després menjareu

ben junts a la negra, a la ràpida nau;  fareu libacions

als déus benhaurats qui habiten l’Olimp; i, en havent satisfet

el desig que teniu dels dolços menjars, a mi vindreu

cantant Ié Peàn fins al lloc del temple que heu de servar. —

Aixís els parlava; i fou escoltat amb sagrada atenció

i fou obeït. Arriaren vela, afluixaren les cordes,

abaixaren el pal, deixant-lo ajegut. Saltaren en terra,

traient-hi la nau fins dalt de la sorra i alçant-la en puntals.

Llavors feren l’ara avora la mar, i el foc hi encengueren,

la blanca farina oferint; i pregaren, segons lo manat,

de peu dret a l’entorn. Menjaren avora la negra, la ràpida nau;

libaren a honor dels déus benhaurats que són a l’Olimp;

i, havent satisfet el desig de menjar i de beure, partiren

guiats pel rei Apolló, de Zeus el fill, que, tenint

la lira en ses mans, bellament la polsava arrencant-ne un grat sò.

Els cretencs, admirats, el seguien a Pitó cantant Ié Peàn

a la moda cretenca, que inspira la Musa infonent dolços cants.

I  sens cansament, pujaren adalt del turó, de seguit

arribant al Parnàs, al lloc delitós on calía fê estada

honorats de tot-hom. El guia diví els mostrà el lloc sagrat

i el temple opulent. Amb el cor commogut, el patró dels cretencs

al déu digué aixís : — Oh tu, sobirà : ja que lluny dels amics

i de la terra nadiua ens has dut on t’ha dit el cor,

diga’ns ara de quina manera hem de viure aquí

on no s’hi fa vinya ni camp delitós pel manteniment

ni cap cosa que als homes poguéssem donar. — A ells Apolló

digué somrient: — Homes sense seny, homes malhaurats,

que sempre us cerqueu treballs i inquietuts i angoixes en l’ànima:

ben tost vos diré el que voleu, deixant-vos-ho ferm a l’esprit.

Tinga cadaú en la destra un coltell per a degollar

ovelles sens fi, que sempre n’haureu abundància molt gran,

dutes en ofrena a mi per les nobles races

dels homes. Serveu el temple opulent, acollint els pobles

que aquí acudiran. Per damunt de tot feu mes voluntats

encara que oïu vanes paraulades o se us faci mal

com tot home mortal pot sofrir. Aviat haureu

uns altres senyors que per força us dominaran

ja per sempre més. — Ara tot és dit : serva-ho en ton cor.

Aixís, doncs, salut, fill de Letó i Zeus! Jo’m recordaré

de tu i altre cant.


Himnes Homèrics

Himne XXXIII

Traducció en vers de Joan Maragall

.

.

.

Himnes Homèrics

Traducció en vers de Joan Maragall

i text grec amb la traducció literal

de P. Bosch Gimpera

Institut de la Llengua Catalana

Impremta de l’Avenç. Barcelona, 1913.

.

.

.

.

Himnes Homèrics (Joan Maragall) – I

I

 

A Apol·ló Deli


 

Sempre el recordo i mai l’oblido, Apol·ló, que fereix

de lluny, del qui els déus mateixos se temen veient-lo passar

pel gran palau de Zeus : tots s’alcen en llurs setials

quan ell hi arriba, estès son arc gloriós. Sols Leto

resta al costat de Zeus, dels llamps amador : és ella

qui afluixa la corda tivanta i tanca el buirac, traient-lo

amb ses mans del muscle robust, i el penja, en clau d’or,

de la pilastra pairal; prenent després per la mà

al fill, se l’emmena i el porta a son trono, deixant-l’hi assegut.

El Pare Zeus fa gran festa al fill estimat,

li allarga l’auria copa plena del néctar diví.

I els altres déus s’asseuen de nou; i Leto, l’augusta,

està joiosa d’havê infantat el fortíssim arquer.

Salut, Leto! i sortosa tu que infantares tals fills :

el rei Apol·ló primer, i després Artemis, que’s plau

també en ses sagetes. Aquesta en Ogígia l’hagueres, i aquell

en Delos rocosa llavors que al peu del Cintios, el puig

de l’alta muntanya, te vas ajupir davall la palmera

i avora de l’ïnop. Més ara, a tu, ja tant celebrat

en himnes, oh Febos! jo ¿com cantar-te podré,

a tu, que mous tot cant, ja sia terres endins,

llà on se fan els ramats, o bé en les illes arreu?

a tu, a qui canta tot cim de muntanya i tot lo que és alt,

i els rius corrent a la mar, i el promontori igualment

que sobre d’ella s’inclina, i l’aigua closa dels ports?

Doncs diré com, joia del món, t’infantà Leto

al peu del Cintios i en l’aspra Delos voltada de mar.

Les fosques ones, portades pels vents harmoniosos,

la baten entorn. D’allí t’alçares tu a dominar

damunt els mortals : els que són a Creta, i a Atenes ciutat,

i a l’illa d’Egina, i a Eubea també, famosa en ses naus;

a Peparetos marina, i a Egas Piressia, i a l’Atos tracià;

a Samotracia igualment, al Pelió punxagut,

a les muntanyes de l’Ida emboscat, a Focea i Esciros,

al l’alta Autòcane, i a Imbros poblat, i a Lemnos adusta;

a Lesbos sagrada, la terra de Màcar eoli, i encara

a Quios, la més feconda de totes les elles del mar;

i a Mimant rocosa, i Coricos, la que té els cims tant braus;

i a Claros esplèndida, a Esagia, muntanya eminent;

i a l’alta Micala, a Miletos, i a Coos, poblada ciutat;

i a Cnidos, tant alta també; a Càrpatos, batuda pels vents;

i a Naxos i Paros, i a l’aspra Ranea, i en tots aquells llocs

que Leto seguía volent infantar an al-lluny-feridor.

A cad’una d’aquestes terres anà i demanà acolliment;

prò, estemodides totes del cas, cap d’elles gosà,

tant fèrtils com éren; i Leto, l’augusta, a Delos llavors

vingué, i a aquesta illa parlà amb alades paraules aixís:

—Volguesses, Delos, ésser tu la patria del fill

que haig de tenî i s’ha de dir de nom Febos Apol·ló,

i fer-li un temple molt gran : aixis com ara ningú

per res se t’acosta, ni els homes te reten mai cap honor

perquè no ets rica i no tens ovelles ni bous, aleshores,

fins no havent-hi per tu veremes, ni plantes als camps,

tenint el temple dins teu d’Apol·ló, al-lluny-feridor,

la gent acudiríen portant ofrenes al déu,

i sentiríes sempre una immensa flaire de carn

pels sacrificis fets en honor del teu sobirà,

i els déus te lliuraríen de tot domini d’estrany;

car altrament no’t dóna res l’estèril terrer.—

Aixís li diu, i Delos, tota joiosa, respòn :

—Leto, la filla gloriosa de Ceos el gran : de bon grat

jo acolliré la niçaga d’al-lluny-feridor, perquè és cert,

que tinc molt mala fama entre els homes, i ab lo que tu’m dius

seria molt honrada; mes no’t vull ocultar

que’m temo del que diuen la gent : m’han dit que Apol·ló

serà molt soberc, perquè ha d’ésser senyor al damunt

dels déus i els mortals que viuen sobre la terra feconda.

Per’xò jo sento una gran temença en mon cor

que, quan en mi haurà vist la llum primera del sol,

menysprearà l’illa per l’aridesa tant gran

i amb un cop del seu peu me giri del mar en l’abís,

deixant-me sepultada per sempre dins l’aigua en furor;

i que ell se n’anirà a una altra terra suau,

bastint-s’hi un temple en la sagrada espessura d’un bosc.

I, en tant, les negres foques i els pops faràn dintre meu

llurs caus amagats, i restaré oblidada del món.

Mes, si ara, tu, dea, me fessis el gran jurament

de que son temple bell aquí el déu bastirà

tenint-hi son oracle damunt els homes, llavors…

Aixís digué; i Leto donà son gran jurament :

—Doncs sia aixís per la Terra, per l’ample cel allà dalt,

per l’aigua soterrania d’Estix, i aquest és el gran

jurament més sagrat que puga existir pel déus benhaurats,

que aquí restarà per sempre més el temple flairós

de Febos i el sant recinte pel qual honrada seràs

damunt totes les illes. —I aixís digué el jurament

amb tots els seus mots; i Delos va gaudir-se del nàixer

d’al-lluny-feridor. Nou dies i nou nits va patir

Leto, doncs, travessada pels horribles dolors

del part; i totes les dees més grans estaven-li entorn :

Diona, Rea, Temis, que els rastres de culpa segueix

i Amfititre sonora, i altres immortals, menys Hera,

blanca de braços, que estava al costat de Zeus nuvolós.

Mes res ne sabia Ilitia, que calma dolors com aquells,

restant descuidada al cim  l’Olimp en núvol daurat

per art de la blanca de braços Hera, gelosa llavors

del bell fill que Leto dels cabells formosos anava a tenir.

Doncs les altres dees digueren a Iris que anés

cercant a Ilitia, oferint-li tot d’or un bell collaret

de nou colzades de llarg, per fer-la venir d’amagat

d’Hera dels braços blancs, no fos que la’n desdigués.

Iris, dels peus llaugers com el vent, entès que ho tingué,

a punt llançava’s corrent, ràpida, espai a través,

fins l’alt Olimp, sojorn dels déus; i un cop allí fou,

cridà a la porta a Ilitia, i, fent-l’hi venir, li digué

en bresus alades paraules tot quan li fou comanat

per les dees d’olímpics palaus, posant-li en el cor.

Lleugeres com colomes de bosc ambdúes partint,

i a Delos arribada Ilitia, que calma els dolors,

fou presa Leto Leto tot seguit de l’afany d’infantar;

i, nuant els seus braços entorn del tronc del palmer

i doblant els genolls damunt l’herba del prat

(que la terra somreia al dessota), l’infant sortí a llum.

I totes les dees, llavores, xisclaren de joia a l’entorn.

I fores tu, poderóa, en l’aigua clara rentat

purament, castament, i, posant-te uns bolquers blancs i fins i tot nous,

te’ls cenyiren en auri cinyell. Apol·ló, el qui du el glavi d’or

no fou pas per sa mare alletat : Temis fou qui, amb ses mans immortals

en sos llavis posà la dolça ambrosia i el néctar diví.

I Leto restà molt joiosa d’haver-lo infantat, a l’arquer.

Mes, oh Febos! tot just nodrit dels divins aliments,

ja l’auri cinyell no pogué contenir el teu cos palpitant :

cap llaçada hi valgué, i els lligams esclataren; i al punt

Febos Apol·ló va dir a les deitats immortals:

—Doneu-me la cítara amiga i doneu-me l’arc ben corbat,

que vull portâ a tots els homes els vers missatges de Zeus.—

Aixís dient, Febos d’intonsos cabells, al-lluny-feridor,

se’n va per la terra, la d’amples camins, amb gran meravella

de les immortals; i l’illa de Delos tota ella s’omplí

d’una auria florida, com cim de muntanya que’s cobreix de flors,

joiosa de veure’s, damunt, de Zeus i Leto el rebrot,

i aixís escollida entre totes les illes i terres d’endins

per ésser-ne estada preferta i tant amada en son cor.

I tu, llavores, de l’arc argentat, al-lluny-feridor,

te n’anares ja per pujar a l’aspre Cintios, o ja,

fugint de les illes i els homes, sembrares tos temples arreu

i els boscos sagrats amb arbres nombrosos; complaent-te molt

en els cims de muntanya i altures, i també a les vores dels rius,

que corren al mar; mes, oh Febos! aon ton cor més se plau

és sempre a Delos : els jonis, allí, arrocegant

ses llargues túniques, van amb les dònes i els fills, en honor

de tu delitant-se en la sacra dança i la lluita i el cant.

Qualsevulla que’ls vegi llavores, diria que són immortals

i exempts de vellesa; alegrant-se de gracia semblanta

en homes i en dònes de bella cintura; de la gran multitud

de la gran meravella que fan les Delies, les verges que són

d’Apol·ló servidores, d’al-lluny-feridor, per sempre famoses.

Elles fan la lloança del déu, i de Leto i d’Artemis,

que tira sagetes; recorden els homes i dònes primers;

i quan entonen llur himne encisen a tots els humans.

Saben els cants i les dances sonores de totes les gents,

i semblen oïr-se en una veu sola : l’acorden talment!

Salut a vosaltres, oh Delies! Propici vos sia Apol·ló

i Artemis i Leto! Recordeu’s de mi, que sols vos demano

que un dia que vinga algú a aquesta terra (potsê un afligit

foraster) preguntant : — Qui és aquest home, l’aede tant dolç

que ve i us encisa amb son cant? — vosaltres digueu-li amb bon cor:

— Es un orb de la Quios rocosa, i de cants com els seus no n’hi haurà —

en tant jo estendré vostra gloria anant-la cantant per la terra

de ciutat ben poblada en ciutat, i tot-hom la creurà tal com és.

Mes tampoc cessaré en la lloança d’Apol·ló de l’arc argentat,

al-lluny-feridor, del que Leto de formosos cabells infantà.


Himnes Homèrics

Himne I

Traducció en vers de Joan Maragall

 


Himnes Homèrics

Traducció en vers de Joan Maragall

i text grec amb la traducció literal

de P. Bosch Gimpera

Institut de la Llengua Catalana

Impremta de l’Avenç. Barcelona, 1913.